domingo, 22 de agosto de 2010

7. EL GÉNESIS APÓCRIFO Y LOS VIGILANTES






El Apocrifogénesis menciona a una raza específica de seres celestiales conocidos en el idioma hebreo como los IR.IN (de IR, en singular), que significa ‘aquellos que vigilan’ o ‘los que están despiertos’, y que fue traducido al griego como E.GRE.GO.RIS (o GRI.GO.RI), es decir ‘Los Vigilantes’. Estos ‘Vigilantes’ son personajes muy importantes en las páginas de obras apócrifas y pseudo-epigráficas de origen judío, tales como el Libro de Enoc y el Libro de los Jubileos.

La progenie de los Vigilantes, según la tradición hebrea, es llamada NE.FIL.IM, una palabra hebrea que significa ‘aquellos que han caído’, o ‘los caídos’, o ‘derribados’, traducida al griego como GIG.AN.TES, una monstruosa raza mencionada incluso en la Teogonía del escritor griego Hesíodo (c. 907 a. C).

En el registro del Génesis 6:1-4, los “hijos de Dios” se ven cautivados por la belleza de las “hijas de los hombres”. Eventualmente llevan a cabo su unión física de la que surge una subespecie híbrida de gigantes a los que la Biblia llama “Nefilim” y califica de gente “poderosa” y de “renombre”.

Con excepción del Goliat del Antiguo Testamento y algún ocasional cíclope homérico, las leyendas enfatizaron la supuesta bondad innata, las notables hazañas realizadas con una fuerza física sin paralelo y las victorias sobre los malvados por parte de estos “gentiles gigantes”. Pero, ¿y qué si esta visión amable de los gigantes fuera falsa? ¿Qué pasaría si la verdad fuera mucho más siniestra?

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